Monóxido de Carbono

El monóxido de carbono (CO) es un gas inflamable, incoloro, insípido, ligeramente menos denso que el aire y altamente tóxico. El CO se genera naturalmente en la producción y degradación de la clorofila de las plantas así como en los incendios forestales al producirse combustión incompleta del carbono. También se origina por la oxidación atmosférica del metano procedente de la fermentación anaerobia de la materia orgánica.

Entre los orígenes antropogénicos destacan los procesos de combustión de combustibles orgánicos siendo la combustión incompleta de carburantes en los automóviles la causa principal de los problemas por contaminación de CO, así como la combustión incompleta en focos fijos (calefacciones, industrias) y en la incineración de residuos.

Salud

Este gas representa una gran amenaza para la salud por su capacidad de reaccionar con la hemoglobina de la sangre en competencia con el oxígeno (posee unas 240 veces más afinidad por la hemoglobina que el O2) formando carboxihemoglobina, que reduce la capacidad de la sangre para el transporte de oxígeno desde los pulmones a los tejidos.

Entre sus efectos destacar

  • Afecta la concentración.
  • Hace más lentos nuestros reflejos y altera la coordinación.
  • Disminuye las funciones neuroconductuales.
  • Causa somnolencia, cansancio, cefaleas
  • Aumento de angina en pacientes susceptibles.
  • Origina problemas cardiovasculares.
  • En mujeres embarazadas pone en peligro el crecimiento y desarrollo mental del feto.
  • En altas concentraciones, provoca la muerte.

Técnica de Referencia para análisis de CO

En el Real Decreto 102/2011 se establece que el método de referencia para la medición del monóxido de carbono es el que se describe en la norma UNE-EN 14626:2006 «Calidad del aire ambiente-Método normalizado de medida de la concentración de monóxido de carbono por espectrometría infrarroja no dispersiva».

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