Entre las alternativas sostenibles para ayudar a reducir estos niveles está el carsharing que promueve Avancar, empresa subsidiaria de Zipcar, líder mundial de carsharing, con el que cada usuario reduce las emisiones de CO2 entre 500 y 725 kg cada año.

Con este sistema, los usuarios disponen de coches o furgonetas por horas o días, pagan únicamente por el tiempo en el que lo utilizan y reducen entre 500 y 570 kilogramos al año las emisiones de dióxido de carbono, por lo que con el uso de “cada coche compartido se reducen 17 coches de particulares”.

Además, esta práctica impulsa unos mejores hábitos de vida saludable ya que, al no disponer los usuarios de un vehículo propio, los desplazamientos se racionalizan: el 35 % apuesta por ir a pie, un 15 % va en bicicleta y un 47 % utiliza el transporte público con más frecuencia que antes.

Las previsiones de esta empresa incluyen el hecho de que “en pocos años” el 10 % de la población adoptará el “carsharing” como forma de transporte habitual.

Gijón, entre las ciudades de Europa que estarán más contaminadas en 2030

Un estudio publicado en la revista 'Journal Atmospheric Chemistry and Physics' que ha medido la contaminación de la actualidad con el propósito de elaborar una previsión de cuáles van a ser las ciudades con mayor polución en el año 2030.

Los autores del informe dicen que "el humo tóxico está lejos de desaparecer del continente" y si no se toman medidas extra, muchas áreas de la Unión Europea verán cómo sus niveles de polución siguen aumentando por encima de los límites establecidos por parte de la Unión europea y la Organización Mundial de la Salud.

El estudio apunta al este de Europa, principalmente el sur de Polonia y Bulgaria, pero también grandes ciudades como es el caso de Estocolmo, París, Turín, Stuttgart y Gijón: "Las condiciones serán peores en ciertas ciudades si no se toman medidas significativas para parar el deterorior del aire", afirman los autores del informe, los cuales pertenecen al Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados.

Y es que, la legislación actual no conseguirá mejorar de forma significativa los datos actuales, según se desprende de la investigación después de haber obtenido datos de un total de 1.870 estaciones de monitorización del aire en toda Europa.

"Es la primera vez que se analizan las partículas del aire en estaciones de monitorización alrededor de Europa", señala el investigador principal, Gregor Kiesewetter. También menciona la impotancia de las conclusiones del texto: es necesario "ir más allá" en los controles de emisiones para garantizar unos niveles sanos en la calidad del aire de las ciudades.

En el mapa de esta noticia se puede observar cómo quedaría la contaminación en 2030 siguiendo con las leyes de ahora: las ciudades que tendrán niveles de polución muy altos, altos y moderados. En España, por ejemplo, Gijón está marcada como la que sería la ciudad más contaminada de la Península Ibérica.

En un segundo escenario, los investigadores han estudiado qué pasaría se implementan tecnologías de control de la contaminación más eficientes que ya existen. En este caso, aseguran que en 2030 el 99 por ciento de las estaciones de monitorización vería cómo los niveles de polución en el aire se reducirían por debajo de los niveles estipulados por la UE.

Problemas de polución que se mantienen en el este de Europa

La situación en la actualidad es tal que, incluso en este segundo caso los retos relativos a los problemas de polución se mantendrían en el Este de Europa. "El cambio a combustibles de calefacción más limpios y la gestión del tráfico local son medidas adicionales que podrían marcar la diferencia", resaltan.

En el caso de mantener la legislación actual, los autores reconocen que ésta traería beneficios a Europa, pero aseguran que no serían suficientes. El estudio muestra que una parte importante de la población -sobre todo en Polonia la República Checa, Eslovaquia, el norte de Italia y Bulgaria- seguiría estando expuesta aniveles de contaminación muy altos, excediendo los estándares puestos por la Unión Europea.

La contaminación del aire: el mayor riesgo ambiental para la salud mundial

La contaminación atmosférica dejó 7 millones de muertes prematuras en 2012, según cifras reveladas el pasado mes de marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS, por sus siglas en inglés).

El número dobla las estimaciones previas y confirma que hoy en día la contaminación del aire representa el mayor riesgo ambiental para la salud de la población del mundo. Reducirla podría salvar miles de vida.

Los datos más recientes revelan que existe un vínculo mucho más fuerte entre la contaminación del aire, tanto en espacios abiertos como cerrados, y los problemas cardiovasculares -como los derrames y la enfermedad isquémica del corazón- y el cáncer.

A este se le debe sumar el papel que juega la contaminación en el desarrollo de enfermedades respiratorias, incluyendo infecciones respiratorias agudas y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas.

Según datos publicados en 2014 por la Asociación Americana del Pulmón, los siguiente grupos demográficos enfrentan mayor riesgo de salud debido a la contaminación en Estados Unidos:

Niños y adolescentes

Sus pulmones aún no alcanzan la madurez. Suelen ser activos cuando están al aire libre y por ello es posible que inhalen más aire contaminado. Además, enfrentan un mayor riesgo de infección, tos y bronquitis debido a la contaminación del aire.

Mayores de 65 años

Cuando las personas envejecen, sus cuerpos se vuelven más susceptibles a los efectos del aire contaminado. Estudios han comprobado que también enfrentan mayores problemas respiratorios y cardiovasculares.

Personas con asma, bronquitis o enfisema pulmonar

No solo corren un gran riesgo sanitario debido a la exposición a las partículas, sino también al ozono, un importante factor de mortalidad, y el dióxido de nitrógeno y de azufre. Enfrentan dificultad para respirar, dolor de pecho, tos, ataques de asma y mayor necesidad de atención médica y atención en urgencias. Respirar estos contaminantes puede acortarles la vida por meses y años.

Personas con enfermedad cardiovascular o diabetes

Las partículas presentes en el aire pueden acortar sus vidas por meses y años. También aumentan el riesgo de ataques al corazón y derrames.

Personas con bajos ingresos

Este grupo incluye un gran número de hispanos que usualmente vive cerca de fuentes de contaminación, como las carreteras y fábricas, o en viviendas precarias.

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