La acción entra en el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, que integra otras actuaciones como la desgasificación del vertedero o la cubrición de la depuradora de la Gavia.

A través del convenio suscrito por el área de Medio Ambiente y Movilidad y la Junta de Compensación, el estudio tratará de detectar si las fuentes emisoras de malos olores proceden de la actividad de instalaciones públicas o privadas.

Las fases del estudio, que tiene un presupuesto de 380.000 euros, son cuatro.

La primera es la revisión y actualización de la información de los focos de emisiones de malos olores, tanto los de las instalaciones municipales de tratamiento de residuos y de tratamiento de aguas residuales, como los que están fuera del ámbito de las instalaciones municipales -Cañada Real, actividades industriales de la zona y otras posibles-.

Después, la investigación medirá la emisión de olores en todos los focos detectados, y a continuación analizará cómo llegan estos olores a las zonas receptoras y como se dispersan para analizar el impacto de la molestia.

Por último, el estudio definirá las medidas correctoras que habrá que poner en marcha en cada foco y un programa de ejecución de dichas medidas correctoras.

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